25/07/2016 16:48:13
Iván Bravo reconoció la existencia de las imágenes pornográficas de su hija y aseguró que Mireya Sepúlveda, su esposa, solía oler y besar la entrepierna de la niña de 6 años.
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En una nueva jornada por el juicio por abuso sexual contra los padres de Bastián Bravo, el adolescente que estuvo desaparecido por dos meses y que fue encontrado muerto en 2014, Iván Bravo, papá del fallecido, entregó su versión sobre los abusos sexuales que habría sufrido su hija de 6 años. Bravo, quien junto a su esposa Mireya Sepúlveda están acusados por la fiscalía Centro Norte por el hallazgo de pornografía infantil en plenas diligencias para encontrar a Bastián, reconoció la existencia de las fotos de carácter sexual de la niña. “Las fotos son de mi hija. Las sacó Mireya con el teléfono celular Motorola en el contexto de juego”, declaró el hombre. El imputado indicó que cuando su esposa le mostró las fotografías que había tomado, en las que aparecen primeros planos de los genitales de la niña, temió que otras personas pudieran acceder a ellas. “No eran fotos para compartirlas, no me parecieron aceptables”, “no son fotos apropiadas para la niña”, afirmó Bravo, quien reconoció que se trataban de fotografías “eróticas”, porque captan los genitales de la niña. Sin embargo, aseguró que su esposa las tomó como un juego, porque encuentra que la vagina de su hija es “linda”. Durante la audiencia indicó que él no guardó las fotografías y que su juicio habría sido su hijo Bastián, dado que Mireya Sepúlveda no domina esos programas. Consultado por la fiscal Paola Trisotti, quien está a cargo de la causa, Iván Bravo aseguró que su esposa solía besar el cuerpo de la niña, y que después de bañarla le decía que olía bien y “le pasaba la boca por el entrepiernas”. Si bien la niña se bañaba a diario, destacó que este juego no se realizaba todos los días. Según el imputado, él también jugaba a los besos con la niña, pero destacó que él sólo la besaba "de la cintura hacia arriba". Bravo arriesga una pena de 4 años de cárcel por abuso sexual y otros 800 días de presidio por almacenamiento de material pornográfico infantil. Para su mujer, en tanto, la fiscalía pidió 7 años de presidio por el delito de abuso sexual de su hija y otra pena de 4 años de cárcel por el delito de producción de material pornográfico infantil.
Iván Bravo reconoció la existencia de las imágenes pornográficas de su hija y aseguró que Mireya Sepúlveda, su esposa, solía oler y besar la entrepierna de la niña de 6 años.
En una nueva jornada por el juicio por abuso sexual contra los padres de Bastián Bravo, el adolescente que estuvo desaparecido por dos meses y que fue encontrado muerto en 2014, Iván Bravo, papá del fallecido, entregó su versión sobre los abusos sexuales que habría sufrido su hija de 6 años. Bravo, quien junto a su esposa Mireya Sepúlveda están acusados por la fiscalía Centro Norte por el hallazgo de pornografía infantil en plenas diligencias para encontrar a Bastián, reconoció la existencia de las fotos de carácter sexual de la niña. “Las fotos son de mi hija. Las sacó Mireya con el teléfono celular Motorola en el contexto de juego”, declaró el hombre. El imputado indicó que cuando su esposa le mostró las fotografías que había tomado, en las que aparecen primeros planos de los genitales de la niña, temió que otras personas pudieran acceder a ellas. “No eran fotos para compartirlas, no me parecieron aceptables”, “no son fotos apropiadas para la niña”, afirmó Bravo, quien reconoció que se trataban de fotografías “eróticas”, porque captan los genitales de la niña. Sin embargo, aseguró que su esposa las tomó como un juego, porque encuentra que la vagina de su hija es “linda”. Durante la audiencia indicó que él no guardó las fotografías y que su juicio habría sido su hijo Bastián, dado que Mireya Sepúlveda no domina esos programas. Consultado por la fiscal Paola Trisotti, quien está a cargo de la causa, Iván Bravo aseguró que su esposa solía besar el cuerpo de la niña, y que después de bañarla le decía que olía bien y “le pasaba la boca por el entrepiernas”. Si bien la niña se bañaba a diario, destacó que este juego no se realizaba todos los días. Según el imputado, él también jugaba a los besos con la niña, pero destacó que él sólo la besaba "de la cintura hacia arriba". Bravo arriesga una pena de 4 años de cárcel por abuso sexual y otros 800 días de presidio por almacenamiento de material pornográfico infantil. Para su mujer, en tanto, la fiscalía pidió 7 años de presidio por el delito de abuso sexual de su hija y otra pena de 4 años de cárcel por el delito de producción de material pornográfico infantil.